lunes, 28 de junio de 2010

Sólo cuatro centímetros



Habíase una vez un sueño que nació en mi cabeza cuando vivía en un cuento. Nunca quería que terminara pero todos los cuentos tienen su fin. Pasaron los días del otoño, llenos de lágrimas de las lluvias heladas, pasaron también los días invernales llenos del silencio de nieve, llegaron los días de primavera en los que los pétalos de los cerezos caían con la velocidad de cinco centímetros por segundo. Muy pronto esos días se convirtieron en los días de verano, en los que las noches suelen ser muy cortas y llenas de estrellas. Los días pasaban pero el sueño no moría, al contrario, se convertía con cada minuto en algo más grande y más real. Ahora faltan sólo unas horas para que esté muy lejos del lugar en el que estoy ahora. He soñado con este viaje por mucho tiempo y por fin llega la hora de cumplirlo y hacerlo realidad. Como escribió un escritor estadounidense, Richard Bach: "Nunca te conceden un deseo sin concederte también la facultad para hacerlo realidad. Sin embargo, es posible que te cueste trabajo." Sí que cuesta trabajo, no lo voy a negar, pero sí que vale la pena intentar lograrlo, quedarse con una sola carta en la mano, apostarla y ganar.

Yo he ganado. Soy una de las 22 personas muy afortunadas que tienen la oportunidad de participar en un proyecto llamado "Voluntariado Ayuda Polaca 2010" organizado por el Ministerio de las Relaciones Exteriores de Polonia. Nos dispersamos por todas las partes para...¿Para qué? Sin duda para vivir una aventura inolvidable. Para aprender a convivir con las personas de otras culturas, otros pensamientos, otros sentimientos y otros problemas. Para intentar resolverlos juntos.

Voy a Xela (Quetzaltenango) ubicada en Guatemala, uno de los siete paises centroamericanos por donde vuelan los quetzales y donde por la mañana a uno le despierta el olor a huevitos y frijoles fritos. Mi meta será conseguir la sonrisa en las caras de los niños a través de varias actividades: clases del inglés, arte, música, ecología, deporte o aun algo tan sencillo como rayuela. Tendré también la oportunidad de pasar mis días guatemaltecas en una residencia de las mujeres mayores. Haré lo que pueda para llenar con varias actividades su tiempo libre o simplemente estar allá cuando necesiten a alguién que les escuche.

Junto con Aneta, la coordinadora de mi proyecto y mi amigo Fryderyk que está realizando su proyecto en Nicaragua tenemos en nuestro bolsillo una idea más. Hemos traducido al español los cuentos y leyendas polacas más preciosas y vamos a contarlos en los paises de América Latina. En cambio nos gustaría coleccionar los mejores cuentos de allá, traducirlos al polaco y contarlos a los niños de nuestro país. Algo tan fácil como "Cuento por cuento" :)

Pero para que todos estos planes se hagan la realidad hay que esperar un poquito más. Sólo más que catorce horas de viaje en avión y podré disfrutar de las sorpresas del mundo tan distinto del mío. ¿Cuántos kilómetros serán? No tengo ni idea pero en el mapa que me regaló el domingo pasado mi amiga Elesa son no más cuatro centímetros. Que no se preocupa mi amiga por mi ausencia por tanto tiempo! Los pétalos de los cerezos caen con la velocidad de cinco centímetros por segundo. Aquellos cuatro centímetros de distancia entre Polonia y Guatemala es realmente nada...sólo un parpadeo.